Teniendo en cuenta que la psicología es una profesión basada en la evidencia científica, ¿podemos asegurar que en nuestra práctica no existe influencia negativa de nuestras propias heridas como seres humanos, nuestros apegos, nuestras experiencias de vida, nuestro “yo”, en el proceso terapéutico de nuestros pacientes y/o clientes?

En IMOTIVA, estamos especializados en el trabajo con los profesionales de la salud mental, siendo respetuosos y responsables del cuidado al cuidador, para que su propia “mochila” no sea impedimento en su trabajo como terapeuta.

Realizamos esta tarea a través de procesos terapéuticos y/o supervisiones individuales (online o presencial), y grupos de supervisión y de autocuidado.

¿Cuánto y qué de nosotros puede estar presente en las intervenciones que llevamos a cabo con nuestros pacientes/clientes?

Partiendo de que la objetividad de la ciencia separa al observador del observado, ¿cómo se puede llegar a dicha objetividad si el observador se rige por emociones, pensamientos, reacciones corporales y conductas similares?

Los profesionales de la salud mental, como todas las personas, estamos cargados de nuestras “mochilas”, y nosotros, quizás más que nadie, debemos ser conscientes y trabajarnos para así poder acompañar a nuestros pacientes con mayor rigor, reconociendo nuestras dificultades, nuestras heridas -que a veces marcan límites en intervención- y todo aquello que pueda interferir en el trabajo con los otros. Solo así podemos llevar a cabo nuestra intervención, donde nuestras respuestas sean por y para nuestros pacientes y no fruto de resonancias en nosotros mismos.